Ñim, ñac, zium,

el conejo, del reloj, abre la tapa,

el conejo mira,habla, escapa.

Ñim, ñac, zium,

dos bicicletas corren raudas,

por la calle, cuesta abajo.

¿Por aquí, por allá

dónde andará?

Una risa, un pinchazo,

un freno que no frena, 

una alforja reventada.

fruto son del encontronazo.

Ñim, ñac, zium,

el conejo no aparece

y, bajo la sombra de un árbol,

cuando el apetito decrece,

con el libro en el regazo,

dos acasos se preguntan

del travieso el rol...

Si es su voz un lazo

que de ellos tira, barruntan,

y si llegarán,

allende las montañas,

donde el océano azulea

con chispazos de plata,

y finalizarán las mañas

de ese conejo que

Ñim, ñac, zium,

la aventura señorea.